A pesar de ser un desconocido para mucha gente, el Canal de Castilla es la obra de ingeniería civil más importante realizada en España en la época moderna, a la altura de los más destacados canales de navegación europeos del siglo XVII. De hecho, se tardó casi un siglo (de 1753 a 1849) en construir los 207 km que hoy podemos visitar entre Alar del Rey, Medina de Río Seco y Valladolid. Tras varios parones provocados por guerras y crisis, el proyecto quedó finalmente inconcluso.
El Canal surge de una idea inicial: conectar la provincia de Segovia con Reinosa para facilitar el transporte de productos. La orografía de Castilla dificultaba mucho la llegada a los puertos del norte de los excedentes agrarios (básicamente cereales), ya que el método utilizado por aquel entonces, las mulas, resultaba tremendamente lento y costoso. Como ejemplo, señalar que el trigo importado de Europa costaba en el puerto de Santander la mitad que el traído desde Castilla.
El objetivo fue, ni más ni menos, hacer navegable el interior de España, para conseguir desarrollar una región que arrastraba un gran retraso económico y social. Un ministro visionario del siglo XVIII, el Marqués de la Ensenada, encabezó este proyecto.
Las obras fueron titánicas y necesitaron de la mejor tecnología posible para superar los 150 metros de desnivel que se presentaban como reto a salvar. Para ello fue necesaria la construcción de cuarenta y nueve esclusas, dos presas, acueductos para solucionar cruces de ríos, setenta puentes, etc… Todo a pico y pala.
Durante un siglo, trabajaron a diario más de 2000 jornaleros, otros tantos soldados y, a partir de 1834, más de 4000 presos traídos de diferentes lugares de España, tratados como auténticos esclavos, realizando profundas excavaciones y la brillante cantería de sus esclusas, que le ha valido el sobrenombre de “La Catedral del Agua”.
El uso del canal se amplió al transporte de personas, mediante los llamados “barcos diligencias”, al regadío y a la industria de la zona (sobre todo la harinera, pero también de cuero, papel, armas y molinos), ya que la fuerza motriz hidráulica permitió el desarrollo de estas fábricas. Todo esto trajo consigo un considerable aumento de la actividad, trabajo y prosperidad en las áreas beneficiadas por el canal.
Pero la llegada del ferrocarril a mediados del XIX marcó el comienzo de su declive, hasta que en 1959 se cierra a la navegación de forma definitiva. Actualmente su función fundamental es la de riego y abastecimiento de agua, sin embargo ha surgido con fuerza un nuevo uso: el turismo.
¿Qué os vais a encontrar si apostáis por este recorrido turístico? sus esclusas (la más impresionante es la de Calahorra de Ribas), dársenas o puertos de interior donde se descargaban las mercancías, puentes, acueductos (el más interesante es el de Abánades), fábricas, molinos y tramos maravillosos en los que disfrutar de la naturaleza.
Para situaros y conocer la historia del canal, os recomiendo visitar el Museo del Canal de Castilla, en Villaumbrales (a 7km de Palencia). Es muy interesante y abre todo el año.
Os dejo este interesante vídeo sobre el canal de Castilla:
Hay numerosos cursos y actividades programados por asociaciones en torno al Canal, tales como piragüismo, descensos en canoa, rutas por pueblos abandonados y cuevas, etc… que nos brindan la posibilidad de descubrir y vivir el canal de forma más intensa.
Como ejemplo, para los amantes del ciclismo y de las bicicletas se ha creado el Gran Premio Canal de Castilla (“GP Canal de Castilla”). Este año la cita es el tercer fin de semana de julio:
El sábado 19 se programa la marcha más larga: 163km de tramos asfaltados y sin asfaltar que pasan por tierras de Valladolid y de Palencia.
El domingo 20 llega el “Retro GP Canal de Castilla” (66km) para bicicletas anteriores a 1987 y con ciclistas vestidos con maillots “vintage”. Está claro que la idea es fabulosa y, aunque no participemos, el espectáculo debe resultar francamente bonito.
En ambos casos tanto la salida como la llegada se ubica en Medina de Rioseco. El domingo se celebra un Encuentro Nacional de bicicletas clásicas. Los participantes, debidamente ataviados, se pasearán por las calles de Medina para disfrute de todo aquel que se acerque.
Y, por supuesto, si preferís un turismo menos “activo” y más contemplativo, existe la posibilidad de recorrer el Canal en barco. De martes a domingo (y los lunes festivos), podemos encontrar estas embarcaciones turísticas en Medina de Rioseco, Villaumbrales, Herrera de Pisuerga y Melgar de Fernamental.
Como veis no hay excusa para dejar de visitar el Canal de Castilla, así que os dejo una guía completa sobre el mismo.
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