Las ermitas que tratamos hoy no están buen estado. Estas iglesias, que labraron los anacoretas del siglo IX en la roca, se han ido modelando por la erosión. Pero no han perdido nada de su poder evocador en su absoluta desnudez. Desnudez no exenta de contenido. Cuando las visitas, al momento descubres inscripciones que siguen ahí: cruces, palabras y marcas realizadas con punzones; te sorprendes y sientes como si te esperaran para ser descifradas.
El turismo rural en Burgos suele ser el objeto de este blog, pero hoy continuamos por su frontera: el sur de Cantabria. Os proponemos un recorrido por dos iglesias rupestres: Arroyuelos y San Miguel, en Presillas de Bricia. De los más de 30 eremitorios excavados en la roca en Valderredible, la de Presillas es mi favorita; la de mayor encanto. Estoy seguro de que os gustará.
La ruta se puede complementar con la visita a la Colegiata de San Martín de Elines y su claustro, joya del románico en Cantabria. Está situada a poco más de 50 minutos de Villalibado si vais por Orbaneja del Castillo, parada obligatoria para disfrutar de uno de los pueblos con más encanto de Castilla León y de sus restaurantes. Otra opción es subir hasta el complejo eremitorio del Tobazo, tras de un bello paseo de 30 minutos con cascadas incluidas.
Iglesia rupestre de Arroyuelos:
Está situada a menos de dos kilómetros al norte de San Martín de Elines, en el centro de la pequeña población de Arroyuelos. No tiene pérdida, ya que junto a los restos de antiguas casas emerge una enorme peña arenisca, que parece encantada, de cuento. Tallada en su interior está la iglesia rupestre dedicada a los santos mártires Acisclo y Victoria.
De nuevo hablamos de la idiosincrasia del turismo rural en estas zonas: No está abierta, ni tiene horarios, ni está vigilada. Para visitarla se puede preguntar por Abilio en las casas próximas, que gustoso os abrirá la puerta y os la enseñará.
Este curioso peñasco de Arroyuelos esconde en su interior una estructura de dos plantas, cuyas naves se orientan cuidadosamente hacia el este, configurando la ermita rupestre de mayor complejidad arquitectónica de Cantabria y una de las más importantes de todas las conocidas en la Meseta Norte.
Al vaciar la roca se dejó un pilar central (1) sobre el que descansan cuatro arcos, que separan las dos naves de la iglesia. En la nave principal, un estrecho arco mozárabe de paso al ábside de planta de herradura (2).
A los pies del templo, una angosta escalera (3) sirve para acceder a un espacio elevado, en el que se aprecian agujeros donde descansaba una estructura de madera (4).
Una curiosidad que se puede ver muy bien en el plano, es que la peña es más ancha al nivel de la segunda planta que en la entrada, lo que daba una superficie mayor en el segundo piso que en la planta baja. Allí se enuentra la única ventana, que hoy está casi cegada por una pared de mampostería.
Si rodeáis la ermita, podréis acceder a la parte superior, donde nos encontraremos varias tumbas talladas sobre la iglesia.
Una curiosidad: Al ir de Arroyuelos a Presillas, os toparéis con Santa María del Hito. Veréis una iglesia románica al lado de la carretera. Quizás os encontréis unas vacas pastando tranquilamente en sus inmediaciones. Sabed que debajo de la tierra se encuentra una de las pocas villas romanas localizadas en Cantabria (S III o IV). Sobre ella se descubrió la mayor necrópolis excavada en la región, con más de 400 enterramientos que van desde la época visigoda (siglos VI y VII) hasta el siglo XII. Aquí apareció el famoso Broche de Santa María de Hito, hebilla tallada en hueso con unos faisanes, y más de 30 anillos visigodos.
Las excavaciones se realizaron entre 1979 y 1986, tras el hallazgo producido por la ampliación de la carretera, que se cree que cubre parte del yacimiento. Os dejo unas cuantas fotos de lo que no podréis ver, ya que no se puede visitar. Una vez terminadas las excavaciones, se cubrió para que se pueda estudiar en un futuro, preservándolo de saqueadores. Las piezas halladas están depositadas en el Museo Arqueológico de cantabria.
Al ver estas fotos no puedo dejar de pensar, que quizás estas personas que aparecieron en las fosas, fueron a rezar a las ermitas que hoy visitamos, situadas a menos de dos kilómetros, hace más de mil años.
Ermita de San Miguel en Presillas de Bricia
A la iglesia de San Miguel no se llega en coche. El acceso se realiza a través de un robledal, sin apenas gente, que nos prepara la imaginación. Observamos el paisaje, quizás no muy diferente al del siglo IX, nos preguntamos por las motivaciones que llevaron a estos anacoretas a elegir este modo de vida, de qué vivían, por qué eligieron esa roca y no otra, y cómo tallaron una iglesia en su interior.
Está a 5 minutos de Arroyuelos, pero un poco escondida. No obstante, si seguís estas indicaciones la encontraréis facilmente: al llegar al pequeño casco urbano de Presillas, se toma la entrada que hay a la derecha, justo antes de la iglesia que hay en la carretera. Se continúa hasta que se acaba el asfalto y comienza una pista de grava. Hay que continuarla 800 metros fuera del casco urbano hasta que se encuentra una valla a mano derecha, que da entrada a una zona de recreo con barbacoas, con muy poco uso. Hay una señal en un arbol que indica el camino. Dejamos el coche para seguir a pie 200 metros, hasta que a se ve el espectacular peñasco.
El eremitorio de San Miguel es sin lugar a dudas la más impactante de cuantas iglesias rupestres hay en la zona. Emergiendo entre los robles, el impresionante peñón en el que fue tallado el santuario nos recuerda a la Capadocia turca.
No pudimos acceder al interior, ya que hay una verja que lo impide. Sin embargo, se puede subir por una escalerilla metálica hasta un balcón del segundo piso, que aunque rompe la estética al igual que la barandilla y las rejas, constituye un privilegiado mirador desde el que se abarca visualmente todo el espacio litúrgico. A mis sobrinos les encantó trepar por ella, bajar, rodear la peña y descubrir otras cuevas a las que sí se accede. Por otra parte, las rejas son importantes para la conservación, ya que no existe vigilancia, ni horarios de apertura.
El eremitorio se estructuraba en tres cortas naves con sus respectivos ábsides, conservando dos de ellos la mesa de altar original también excavada sobre la propia roca.
En la nave sur parten unas escaleras que dan acceso al balcón al que accedimos desde el exterior por la escalerilla. Al igual que en la de Arroyuelos y pese a su deterioro, se puede ver la bancada que recorría todo el perímetro interno del templo.
En el exterior, al rodear la roca, descubrimos que en la misma peña, aunque con acceso independiente al de la iglesia, fue excavado un segundo habitáculo de planta cuadrada al que se accede subiendo cinco peldaños labrados en la piedra. Se cree que probablemente fuera el baptisterio, ya que aún se conservan dos pequeñas piletas rectangulares, seguramente usadas para la administración del bautismo por inmersión. En las paredes se pueden ver inscripciones eremíticas apenas legibles, en las que se identifican numerosas cruces. Es la que llaman popularmente la Cueva de la vieja.
Cuando visitas estos eremitorios eres consciente de que estas viendo algo único, castigado por la erosión; algo especial, alejado del turismo masivo.
Me imagino que estará estudiado cada centímetro de la cueva, sin embargo, cuando veo una inscripción en la roca me sorprendo como si fuera el primero en verla, y me siento descubridor por un instante.
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One Response to “Ruta de las iglesias rupestres de Valderredible II”
29 agosto, 2017
Cecilia lanariBuenísimo muchas gracias cecilia lanari argentina